La hermana Inma deja los Ministerios Étnicos para trabajar en Roma

Sister Inma was a tireless advocate for Migrant Ministry.

7 de septiembre de 2020

Trabajó para “romper las barreras del miedo”, y capacitar a líderes parroquiales

 

Después de casi una década de servir a la Diócesis de Richmond en varias capacidades, la Hermana Misionera Comboniana Inma Cuesta, directora de la Oficina de Ministerios Étnicos, se trasladará a Roma para trabajar con la Administración General de su congregación en septiembre.

La Hermana Inma se convirtió en consultora de la Oficina del Ministerio Hispano en 2009. De 2009 a 2010, participó en el diseño de la formación de catequistas en español y en la creación del plan de estudios para la formación de líderes parroquiales en español.

Diseñó la Iniciativa Educativa Segura para Niños, un programa creado para proporcionar una educación de calidad en las escuelas católicas para las familias latinoamericanas de la Diócesis de Richmond.

“Yo fui la que llegó a incluir a las familias latinas para que se unieran a las escuelas católicas, y seguí con este proyecto”, dijo la Hermana Inma.

En 2011, la hermana Inma fue contratada por la diócesis como directora de educación católica hispana.

“Cuando empecé, hice toda la educación religiosa en español, además de la Iniciativa Segura para los Niños”, dijo.

La Hna. Inma diseñó junto con su equipo el currículo del programa de certificación del Ministerio de Discipulado Misionero para líderes parroquiales que se ofrece a través de la Universidad de Dayton, uno de cuyos cursos es la interculturalidad.

Creando visibilidad

Mientras trabajaba con el Ministerio Hispano, la hermana Inma se dio cuenta de la necesidad de que todos los ministerios étnicos de la diócesis fueran más visibles.

En 2019, organizó la oficina de los Ministerios Étnicos para incluir los ministerios hispanos, asiáticos e indígenas americanos y la Oficina para los agro-americanos.

La hermana Inma explicó que la oficina se diseñó como un espacio para que los diferentes ministerios étnicos se conocieran entre sí y para ofrecer una oportunidad a otras personas de la diócesis de conocer y desarrollar la propia competencia intercultural.

“Creo que este es el papel clave de la Oficina de Ministerios Étnicos. Es crear un espacio de encuentro entre las diferentes culturas que forman parte de nuestra diócesis”, dijo.

La hermana Inma dijo que la oficina de los Ministerios Étnicos ha traído más interculturalidad a la diócesis, lo que significa que los diferentes ministerios étnicos se comunican y se mezclan más entre sí, en lugar de interactuar sólo con su propio grupo.

As director of Ethnic Ministries, Sister Inma worked closely with the Office for Black Catholics.

“Y la cosa es que tenemos miedo de la persona que es diversa de nosotros. Y en cambio, ahora, por ejemplo, durante este COVID-19, estamos aprendiendo que no somos tan diversos”, dijo. “Todos nosotros, somos vulnerables al mismo nivel. Ricos y pobres, gente de América Latina, gente de África, gente de Asia. Así que todos nosotros, somos iguales. Así que esta vulnerabilidad es lo que más nos aúnan.”

Según la hermana Inma, la oficina de los Ministerios Étnicos se ha propuesto organizar eventos en los que los miembros de la diferentes comunidades étnicas puedan aprender unos de otros. Los eventos no son exclusivos sólo para las comunidades hispanas, asiáticas, nativas americanas o afro en americana. Están abiertos a todos para que todos los miembros de la diócesis tengan la oportunidad de participar en la cultura del encuentro y en la interculturalidad.

“Creo que la belleza de trabajar en la Oficina de los Ministerios Étnicos es aprender de las diferentes culturas y tener la posibilidad de conocer y encontrar a diferentes personas de diferentes culturas y países y simplemente descubrir cómo se puede abordar la misma situación de muchas maneras diferentes. No hay una sola manera”, dijo.

Modelo para las parroquias

Según la Hermana Inma, la Oficina de Ministerios Étnicos debía ser un modelo para que las parroquias construyeran su propio espacio de encuentro.

“Es también como podemos construir un solo cuerpo, como Iglesia dentro de su diversidad. Así es como podemos trabajar juntos a pesar de la barrera crea nuestros idiomas. Cómo podemos interactuar entre nosotros de nuevas maneras en proyectos de la comunidad parroquial. Eso es lo que la Oficina de Ministerios Étnicos intenta animar a la comunidad para hacer a nivel parroquial”, explicó.

La hermana Inma también señaló que el espacio de encuentro ha sido una oportunidad para que todos los ministerios étnicos se den cuenta de que hay las cosas puedes ser gestionadas en diferentes maneras a las propias y así “dar más espacio a los demás.”

“Creo que es un gran desafío, y a veces es necesario mediar y ayudar a las parroquias y sacerdotes a entender esto. Está mejorando, pero sigue siendo algo en lo que tenemos que crecer más”, dijo.

La Hermana Inma dijo que la oficina de los Ministerios Étnicos está en sus etapas iniciales, por lo que su sucesor tiene una base sólida sobre la que construir y ampliar su misión.

“Uno de mis deseos es cómo podemos ayudar a que el ministerio pastoral en español este más presente en las diferentes oficinas del Centro Pastoral”, dijo, y tener más personal bilingüe en las diferentes oficinas diocesanas, esto sería de gran ayuda en muchas de las oficinas que interactúan con diferentes grupos étnicos.

“Rompiendo barreras”

Además de los programas que ella estableció en la diócesis, la hermana Inma está agradecida de haber sido capaz de reunir a personas de diversos orígenes ayudando a “romper las barreras del miedo (del otro)” y a capacitar a los líderes parroquiales.

Dijo que está lista para las nuevas experiencias y desafíos que Roma le traerá.

“Creo que es un privilegio, y creo que también es una oportunidad”, dijo. “Y así se abrirá un nuevo capítulo en mi vida, y también aprenderé de esa experiencia”.

Aunque la Hermana Inma tuvo su formación inicial en Italia, dijo que volver allí para trabajar será diferente.

“Creo que será un mundo nuevo para mí, especialmente trabajando a nivel macro para toda la congregación, estamos dispersas en 35 países. Así que no será sólo la realidad de Roma, sino que será la realidad de África, Asia, Oriente Medio, América Latina y Europa. Es diferente”, dijo.

La hermana Inma dijo que el tiempo que ha servido en la Diócesis de Richmond ha sido una bendición porque le ha permitido crecer como persona, como profesional y como mujer religiosa.

“Aprendí mucho en la forma de hacer las cosas y cómo integrar esas formas en mi vida personal y todas estas cosas en la misión de la Iglesia de ciertas maneras”, dijo.

La hermana Inma dijo que lo que más echará de menos de la Diócesis de Richmond será el estar en contacto con las personas de los diferentes ministerios étnicos y ayudarles a crecer y a sentirse capacitados. “Eso es algo que creo que he traído a la diócesis”, dijo.

En una conversación reciente con miembros de la comunidad filipina en la que la hermana Inma les dijo que pensaba que estaban listos para organizarse, una persona le dio las gracias por empodéranos y creer en ellos. “Y eso es algo que está bien, para animar a otros a que lo hagan. Desde la diócesis les proporcionamos las herramientas, pero creo que ellos pueden hacerlo. Y eso es importante. Creo que ha sido lo que más he aprendido, a creer en otras personas, en su potencial”, dijo.

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