10 de agosto de 2020
Escrito por Janna Reynolds | Traducido y resumen: Daniel Villar
El diácono Julio Hernán Realegeño Reyes, de 30 años, es el hijo mayor de Hernán Realegeño Gómez e hijo de Trinidad de Jesús Reyes de Realegeño. Tiene un hermano, Benjamin, que vive en El Salvador con su padre. Su hermana, Abigail, vive en Italia.
En su juventud, su madre, quien falleció en abril, vendía pupusas, una comida tradicional salvadoreña. Su padre era miembro de la policía nacional y luego se convirtió en guardia de seguridad.
En el 2008, a los 18 años, el diácono Reyes terminó su bachillerato y comenzó a discernir su futuro. “Estaba tratando de decidir qué hacer con mi vida. De alguna manera, durante mi tiempo de oración… esto vino a mi mente, mi plan para el futuro… la pregunta principal era ¿dónde puedo servir mejor? Quería ser un soldado como lo fue mi padre… y lo fue algunos tíos. Y en realidad, quería ser miembro de las fuerzas armadas… me estaba dando cuenta de que, como soldado, como miembro del ejército, sería bueno servir a las personas como deberían hacerlo los soldados, pero luego me di cuenta de que serviría mejor como sacerdote. Así es como me decidí ser sacerdote…”.
Ingresó al seminario en El Salvador en 2008, pero dejó la formación después de unos meses debido a circunstancias en el hogar para ayudar a mantener a su familia. Él dijo, “cuando estaba fuera, extrañaba todo lo espiritual que tenía en el seminario”.
En el 2012, el regresó al seminario en El Salvador para estudiar filosofía y permaneció allí durante tres años antes de que el obispo Bolaños y el difunto obispo Francis X. Di Lorenzo de Richmond hicieran un acuerdo por el cual la diócesis de Richmond pagaría los estudios del diácono Reyes a cambio de que sirviera en la diócesis durante varios años después de la ordenación.
“El (obispo Bolaños) me hizo la oferta, ‘¿Te gustaría ir a los Estados Unidos? Porque el equipo de formación y yo hemos decidido que eres un posible candidato para ir a estudiar a los Estados Unidos” El diácono Julio aceptó la oferta y comenzó a prepararse para la vida en un nuevo país.
En preparación, el diácono Reyes tomó clases de inglés con un profesor que era feligrés en una de las parroquias de su diócesis y tomo tiempo en preparar todos sus documentos legales.
Llegó a los Estados Unidos en septiembre del 2015 entrando al seminario regional St. Vincent de Paul en Boynton Beach, Florida.
Cuatro semestres de homilética ayudaron al diácono Reyes a superar el miedo a hablar en público. “Espero y creo que soy un buen predicador, así que eso es algo que estoy seguro de compartir con la comunidad. Me encanta estar cerca de las personas y servirles como pueda, especialmente con los sacramentos”, dijo. “Principalmente para celebrar la misa. Creo que es algo que realmente quería hacer todos estos meses”, dijo, y agregó que los últimos meses en el seminario los pasó practicando para ese momento. “El principal regalo que puedo dar a la comunidad es estar allí para ellos y rezar por ellos como sacerdote, como ministro de la Iglesia”.
“Me hace sentir feliz e intentar prepararme para servir a las personas en la parroquia donde me asignan. Esa es mi esperanza, y eso es lo que le pido a Dios en mis oraciones: darme esperanza y darme alegría en cualquier momento para ser siempre un sacerdote alegre para la gente”, dijo.
Inspirado por los santos
Los católicos admiran a los santos por muchas razones: sus contribuciones a la Iglesia, la forma en que vivieron sus vidas con el ejemplo de Cristo y la forma en que se adhirieron a sus creencias a pesar de las presiones sociales para abandonar su fe.
El diácono Julio Reyes… tiene “muchos santos favoritos”. San Oscar Romero, el primer santo de El Salvador, su país natal. El Papa San Juan Pablo II, quien dirigió la Iglesia Católica durante casi 27 años. San Ignacio de Antioquía, un obispo de Antioquía que no negó a Cristo y fue sentenciado a morir. “Pero si tuviera que elegir uno de los tres, elegiría a San Ignacio de Antioquía”, dijo el diácono Reyes.
En su tiempo libre, el Diácono Reyes escucha música, lee, ve películas y ocasionalmente juega videojuegos, y también hace tiempo para conectarse con su familia y amigos. Está aprendiendo el italiano porque su hermana, que vive en Italia, se va a casar, y ella y su prometido quieren que el futuro padre Reyes celebre la misa de su boda.
Nota: El diácono Julio Reyes fue ordenado sacerdote el 11 de julio en la Catedral Sagrado Corazón y es vicario parroquial de Our Lady of Lourdes en Henrico.