A través del programa de intercambio de Catholic Extension, religiosas de Latinoamérica empoderan a la gente y entrenan líderes

Hermanas Dominicas de la Doctrina Cristiana que vinieron de México como parte del Programa de Intercambio de Hermanas en Birmingham, Alabama, el 10 de noviembre 2023. (Foto OSV News/cortesía de Catholic Extension

(OSV News) – Fundada en 1905, la organización sin fines de lucro Catholic Extension ha trabajado en solidaridad con la gente para construir comunidades católicas de fe vibrantes y transformadoras en las regiones más pobres de los Estados Unidos. A lo largo de sus 118 años de historia, uno de los líderes de la organización expresó que un grupo único de personas ha estado impulsando la realización de esta visión: las mujeres religiosas.

Reconociendo el preciado valor y los esfuerzos de las hermanas religiosas, una de las últimas iniciativas de Catholic Extension que las involucra es el Programa de Intercambio de Hermanas entre los Estados Unidos y Latinoamérica. Desde su inicio en 2013, el programa ha sido posible gracias a una asociación con la Fundación Conrad N. Hilton, y ya ha traído un total de 150 hermanas representando a congregaciones religiosas de toda Latinoamérica para servir en varias diócesis de los Estados Unidos.

“Creamos este programa reconociendo el tremendo crecimiento y potencial de la población latina aquí en Estados Unidos, especialmente entre las poblaciones inmigrantes,” señaló Joe Boland, director de misión de Catholic Extension. “Y así, un objetivo principal de la iniciativa fue traer mujeres religiosas a este país que pudieran ministrar a las poblaciones inmigrantes latinas.”

La tercera y última cohorte de hermanas latinoamericanas que participan en el programa, que tiene una duración de cinco años, dio la bienvenida a 31 hermanas en el otoño de 2023.

A través del programa, grupos de tres o cuatro hermanas son recibidas por una de las 10 “diócesis misioneras” participantes de Catholic Extension, que incluyen las diócesis de Alexandria, Louisiana; Beaumont, Texas; Boise, Idaho; Birmingham, Alabama; Davenport, Iowa; El Paso, Texas; Pensacola-Tallahassee, Florida; San Angelo, Texas; Savannah, Georgia; y Shreveport, Louisiana.

“Esta vez nos concentramos en el sur,” expresó Boland, agregando que el programa “está respondiendo al fenómeno que hemos vivido y visto en muchas de estas diócesis: que el crecimiento en la Iglesia está ocurriendo gracias a estas comunidades latinas.”

El padre Richard Chenault, párroco de la Iglesia Our Lady of the Valley en Fort Payne, Alabama, una ciudad rural que se encuentra aproximadamente a una hora al norte de Birmingham, experimentó este fenómeno de cerca. Con el 80% de su congregación hispana, especialmente guatemalteca y mexicana, la celebración de misas bilingües no es negociable, explicó.

Alcanzar a la juventud de este grupo demográfico también se ha convertido en una tarea de mucha importancia. De las aproximadamente 130 confirmaciones y más de 100 primeras comuniones programadas para 2024, más del 95% de los jóvenes que se preparan para recibir los sacramentos son estadounidenses de origen hispano.

“Ellos son el futuro; ellos son la Iglesia,” manifestó el padre Chenault.

Percibiendo la necesidad de catequizar y evangelizar a esta población única, el padre Chenault había anhelado durante un tiempo dar la bienvenida a algunas hermanas a la parroquia, razón por la cual consideró providencial cuando el vicario general de la diócesis le preguntó si había oído hablar del Programa de Intercambio de Hermanas a través de Catholic Extension.

“Pensé que podríamos ser una buena opción el uno para el otro,” agregó el padre Chenault.

Una vez que la diócesis de Birmingham recibió el subsidio, el personal de la parroquia facilitó los detalles.

“Así que comenzamos a reunirnos con la comunidad (religiosa) a través de Zoom y, por supuesto, tratamos de agilizar juntamente con Catholic Extension para asegurarnos de cubrir los aspectos financieros y todo lo que las hermanas necesitaban,” explicó el padre Chenault.

Un paso importante en este proceso ocurrió en abril cuando las Hermanas Dominicas de la Doctrina Cristiana, la hermana Iraís Santiago Santos y la hermana Jeanette Mireya Gamboa, visitaron la parroquia por una semana “solo para ver, ‘¿Será esto lo más adecuado?’” preguntó el padre Chenault.

“Yo sabía que esta sería una realidad diferente a algunos de los otros lugares donde habían estado,” añadió.

Y se dio que ellas encajaron muy bien, ya que las dos hermanas llegaron a Our Lady of the Valley el 4 de octubre, el día de la fiesta de San Francisco de Asís.

Aunque están unidas en misión de llegar a las personas en las periferias, cada una de las hermanas aporta experiencias y antecedentes culturales únicos. Nacida en Guerrero, México, la hermana Iraís sintió la llamada a la vida religiosa mientras que trabajaba en la formación de la fe como ministra juvenil en una parroquia local. Por otro lado, la hermana Jeanette nació en Texas de padres mexicanos y tuvo una inclinación hacia la vida religiosa desde la infancia, una que se hizo más fuerte después de su bautismo a los 13 años.

Una tercera religiosa, la hermana Alejandra de la Rosa Sifuentes, originaria de Chihuahua, México, también llegó a la parroquia y será la superiora de las tres hermanas allí. La hermana Alejandra no estaba disponible para una entrevista, pero Catholic Extension explicó que al igual que las otras hermanas del programa, estas tres hermanas vivirán en comunidad durante los próximos cinco años.

Después de solo unos meses en el programa, las hermanas, cuya orden fue fundada en México en 1948, han identificado algunas de las necesidades de la población a la que están sirviendo.

“Hay una gran necesidad de evangelización, de fortalecer la fe, y de acompañamiento. Sobre todo, a los migrantes, que la mayoría son de Guatemala,” señaló la hermana Iraís.

“Otra necesidad que hemos visto es el acompañamiento que necesitan los jóvenes en esta sociedad donde ellos ya están creciendo,” añadió la hermana Jeanette. “Están muy confundidos y hay mucha distancia entre ellos y sus papás. Sus papás solo hablan el español, o su dialecto, los que son de Guatemala, y los jóvenes y los niños ya solo el inglés.”

“(Los jóvenes) necesitan alguien que pueda ayudar a guiarlos porque están muy sedientos de Dios, muy sedientos de ese contacto y esa relación con Dios,” manifestó.

Mientras ministran a la comunidad de Our Lady of the Valley y en otras comunidades, las hermanas harán sus estudios en la Universidad de St. Mary en Minnesota. Esto es parte del objetivo del programa de intercambio que busca acrecentar las aspiraciones de las hermanas religiosas en el Sur Global. La hermana Iraís desea cursar una maestría en estudios integrados, servicios humanos, y cuidado pastoral, mientras que la hermana Jeanette expresó que probablemente cursaría una licenciatura en gestión de servicios de salud y servicios humanos. Las hermanas añadieron que estos estudios les ayudarán a ellas y a las comunidades a las que sirven tanto ahora como en el futuro.

“Esta es una oportunidad que sería difícil de encontrar en los lugares de dónde venimos originalmente; entonces, con la ayuda del programa llegaremos a personas y a lugares que no podríamos alcanzar antes,” agregó la hermana Jeanette.

Mientras que se preparan para comenzar sus estudios en línea, estas religiosas ya están empoderando a las personas y capacitando a una futura generación de líderes en su parroquia de Alabama.

“Ya nos hemos enamorado de ellas y estamos realmente agradecidos por ellas,” expresó el padre Chenault refiriéndose a las hermanas.

 

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