La Diócesis Católica de Richmond recibirá tres presbíteros nuevos este año por medio de la ordenación al sacerdocio por el obispo Barry C. Knestout el 7 de junio en la Catedral del Sagrado Corazón en Richmond.
El diácono Andrew Clark
Cuando el diácono Andrew Clark ingresó por primera vez al Seminario San Juan Pablo II en 2016, él dijo que muchas personas se le acudían solo con verlo vestido como un sacerdote. En su ordenación al diaconado transitorio el 18 de mayo de 2024, el recibió la facultad de celebrar algunos sacramentos, pero no todos. El 7 de junio, el recibirá la plenitud de sus facultades como sacerdote, y por medio de esta vocación, las bendiciones multiplicarán.
“Ser clero de la Iglesia es un cambio radical y, por encima de todo, una experiencia que me ha hecho más humilde,” dijo el diácono Clark.
“[Dios] ha confiado en mi este gran tesoro de la gracia, entonces quiero impartir esa gracia de manera responsable, libre y abundante,” expresó.
“Cuando estaba sirviendo en un hospital, yo mismo me decía que puedo rezar con esta persona. Sin embargo, me nació querer ofrecerle el sacramento de la confesión o la unción,” él dijo. “Ese deseo está presente en mi corazón.”
Su vocación al sacerdocio comenzó cuando apenas tenía siete años, en una pequeña capilla en Nápoles, Italia, donde su padre estaba estacionado con las Fuerzas Navales Estadounidenses. Había recibido su primera Comunión unas semanas antes y, al ver al sacerdote elevar la hostia durante la misa, sintió “una gran sensación en el corazón.”
Ahora él confirma: “Estoy cumpliendo mi destino, mi vocación. Ha sido un camino largo desde aquel momento. Es muy emocionante llegar al final de esta etapa de mi vida y, en cierto sentido, comenzar el capítulo más importante.”
El diácono Samuel Hill
Cuando aún era estudiante universitario y todavía no era católico (era metodista), el diácono Samuel Hill le hizo una pregunta a su compañero de cuarto sobre la doctrina de la transustanciación, la creencia católica de que la Eucaristía se convierte verdaderamente en el cuerpo y la sangre de Cristo.
“Él era muy inteligente … entonces yo mismo pensé: ‘Seguramente me va a dar una buena explicación,’” dijo. “Pero en vez de darme una larga respuesta teológica, simplemente afirmó, ‘Sí, yo creo que eso es la verdad.’”
“Esa respuesta breve era precisamente lo que necesitaba escuchar,” añadió.
A leer los Hechos de los Apóstoles, las cartas de San Pablo, y las obras patrísticas, el diácono Hill sintió un llamado más profundo en el corazón.
“Uno empieza a ver cómo la Iglesia Católica surge desde las Escrituras de una manera verdaderamente hermosa,” comentó.
En la Pascua de 2014, él se hizo católico.
El diácono dijo, “El llamado al sacerdocio fue como un anzuelo clavado en mí. Y no solo fue algo mental … fue algo que tocó mi corazón. Sentí al Señor conquistándome y guiándome hacia una nueva dirección.”
Comenzó sus estudios en el Seminario San Juan Pablo II en 2017, y en 2020, se trasladó a Roma para realizar estudios de posgrado en el Colegio Pontificio Norteamericano. Después de su ordenación él pasará un año más en Roma para completar su Licenciatura en Teología Sagrada en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz.
En Roma, él dijo: “Cada día es como una peregrinación. Me ha abierto los ojos a la Iglesia universal.”
El diácono Matthew Kelly:
Dios llamó al diácono Matthew Kelly por primera vez a recibir el rol de padre espiritual cuando fue bautizada su ahijada, y él fue llamado a ser su padrino hace ocho años el 7 de junio de 2017.
Este 7 de junio, él no solo tendrá el papel de padre espiritual, sino también de sacerdote ministerial para todo el pueblo de Dios.
“Es algo muy emocionante sabiendo que voy a ser ordenado al sacerdocio en este mismo aniversario,” dijo el diácono Kelly.
El diácono Kelly es cantante y tiene una voz agradable. Él estudió la música en la Christopher Newport University (CNU) y en la University of Notre Dame. Pero tras un discernimiento decisivo, ingresó al Seminario Mount St. Mary’s en 2018. Fue durante una misa cantando el coro de CNU que él escuchó, con claridad, la voz de Dios llamándolo al sacerdocio.
Mientras que el sacerdote celebraba la misa en holandés, el diácono Kelly respondía en voz baja en inglés. Durante aquella experiencia, “me di cuenta de lo que realmente estaba ocurriendo, que Jesucristo estaba entregándose a mí.”
“Jesús ha estado presente en mi vida, amándome a través de las personas de nuestra Iglesia aquí en la Diócesis de Richmond,” compartió el diácono. El lema que el eligió para su ministerio es un versículo de la Segunda Carta de San Pablo a los Corintios (4,15): Omnia enim propter vobis, que significa en latín: “Todo, en verdad, es por ustedes.”
“Al acercarse el día de mi ordenación, llevo en mente todos los rostros y nombres de las personas que he conocido como seminarista,” él dijo.