Mensaje del obispo Knestout en Domingo Mundial de las Misiones

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Queridos hermanos y hermanas en Cristo:

Al reunirnos en comunión este Domingo Mundial de las Misiones, el fin de semana del 19 al 20 de octubre de 2024, les traigo una invitación desde el corazón del Papa Francisco, inspirada por el Evangelio: “Vayan al cruce de los caminos e inviten al banquete a todos los que encuentren (cf. Mt 22,9).” Este llamado a la misión resuena profundamente en los cimientos de nuestra fe, inspirándonos a compartir el amor de Dios con el mundo.

Hace más de un siglo, nuestra propia comunidad católica en los Estados Unidos fue nutrida por la generosidad de la Iglesia mundial que contribuyó a lo que hoy es esta segunda colecta. Ahora, somos llamados a extender esa misma generosidad a nuestros hermanos y hermanas en más de 1,150 territorios de misión en Asia, África, América Latina, las Islas del Pacífico y el Medio Oriente.

La colecta del Domingo Mundial de las Misiones para la Sociedad para la Propagación de la Fe, las Misiones Afroamericanas e Indígenas y la Colección de Misiones Nacionales apoya directamente a los seminarios, las futuras hermanas religiosas, los catequistas, las escuelas católicas y centros de salud que proporcionan educación esencial y brindan atención esencial respectivamente, la colecta también ayuda a las comunidades diocesanas locales afroamericanas e indígenas en todo los Estados Unidos a difundir la Buenas Nueva de Jesucristo. El programa Misiones Nacionales brinda apoyo financiero a actividades misioneras que fortalecen a la Iglesia Católica en los Estados Unidos y en sus territorios y antiguos territorios, teniendo siempre presente el amor de Cristo.

Como miembros de la Iglesia Católica, que es universal por su propia naturaleza, somos invitados a participar activamente en esta misión. Nuestras contribuciones y oraciones en el Domingo Mundial de las Misiones apoyan el trabajo vital de la evangelización de la Iglesia, invitando a todos a experimentar la alegría y la esperanza que se encuentran en Cristo.

Los animo, queridos amigos, a responder generosamente a este llamado. Unámonos en oración por el éxito de las actividades misioneras de la Iglesia y por los misioneros que dedican sus vidas a difundir el Evangelio. Su generosidad es un testimonio poderoso del amor y la compasión que están en el corazón de nuestra fe.

Que este Domingo Mundial de las Misiones profundice nuestro compromiso con la misión universal de la Iglesia. Juntos, vivamos con gozo la oportunidad de compartir el amor de Dios con el mundo, invitando a todos al banquete del Señor.

Con toda bendición,

 

Monseñor Barry C. Knestout
Obispo de la Diócesis de Arlington Obispo de la Diócesis de Richmond

 

Read the message in English.

 

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