ROMA (CNS) — Dirigiéndose a aproximadamente un millón de jóvenes, el papa León XIV los instó a forjar relaciones genuinas arraigadas en Cristo, en lugar de conexiones efímeras en línea que pueden reducir a las personas a una mercancía.
“Es que cuando el instrumento domina al hombre, el hombre se convierte en un instrumento,” dijo el papa durante la vigilia vespertina de oración por el Jubileo de los Jóvenes el 2 de agosto. “Sólo relaciones sinceras y lazos estables hacen crecer historias de vida buena.”
El papa llegó en helicóptero al campo de Tor Vergata, a unos 13 kilómetros al sureste del centro de Roma, y fue recibido con vítores de jóvenes que ondeaban banderas. Muchos de los jóvenes acamparon durante la noche, durmiendo en tiendas de campaña y sacos de dormir en el polvoriento campo, de forma similar a la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud celebrada hace 25 años en el mismo lugar.
Una gran cantidad jóvenes levantaron el polvo del campo mientras se acercaban al papamóvil para ver al pontífice. El papa León sonrió y saludó a los jóvenes, recogiendo ocasionalmente objetos y peluches que le lanzaban.

Al salir del papamóvil, recibió la gran cruz del año jubilar, que llevó al altar mayor, acompañado por decenas de jóvenes.
Tras iniciar la vigilia con oraciones, el Santo Padre dialogó con varios jóvenes que le formularon tres preguntas. Dulce María, una joven mexicana de 23 años, habló de la emoción de las amistades en línea, pero también de la soledad que surge de conexiones que “no son relaciones verdaderas y duraderas, sino efímeras y comúnmente ilusorias.”
“¿Cómo podemos encontrar una amistad sincera y un amor genuino que nos lleven a la verdadera esperanza? ¿Cómo la fe puede ayudarnos a construir nuestro futuro?” preguntó.
El papa León reconoció el potencial de internet y las redes sociales como “una extraordinaria oportunidad de diálogo,” pero advirtió que estas herramientas “resultan ambiguos cuando están dominados por lógicas comerciales e intereses que rompen nuestras relaciones en mil intermitencias.”
Partiendo de su espiritualidad agustiniana, el papa León instó a los jóvenes a emular a San Agustín, quien tuvo una juventud inquieta, pero no se conformó con menos.
“¿Cómo encontró una amistad sincera, un amor capaz de dar esperanza? Encontrando a quien ya lo estaba buscando, encontrando a Jesucristo,” dijo el papa. “¿Cómo construyó su futuro? Siguiéndolo a Él, su amigo desde siempre.”
Gaia, una joven italiana de 19 años, preguntó cómo los jóvenes pueden encontrar la valentía para tomar decisiones en medio de la incertidumbre.
“La decisión es un acto humano fundamental,” respondió el papa. “Cuando elegimos, en sentido profundo, decidimos qué queremos llegar a ser.”
Animó a los jóvenes a recordar que fueron elegidos por Dios y que “la valentía de elegir surge del amor que Dios nos manifiesta en Cristo.” El papa recordó las palabras de San Juan Pablo II pronunciadas en el mismo lugar hace 25 años, recordando a los jóvenes que “es a Jesús a quien buscáis cuando soñáis la felicidad; es Él quien os espera cuando no os satisface nada de lo que encontráis.”
El papa calificó las “opciones radicales, opciones llenas de significado” como el matrimonio, el sacerdocio y la vida religiosa, como “el don de uno mismo, libre y liberador, que nos hace auténticamente felices.”
“Estas decisiones dan sentido a nuestra vida, transformándola según la imagen del Amor perfecto, que la ha creado y redimido de todo mal, incluso de la muerte,” dijo.

Al finalizar su discurso preparado, el papa León expresó sus condolencias por el fallecimiento de dos peregrinos. Pascale Rafic, un peregrino egipcio de 18 años, falleció a causa de una afección cardíaca. Ese mismo día, el papa se reunió con un grupo de jóvenes egipcios con los que Rafic viajó a Roma.
María Cobo Vergara, peregrina de 20 años de Madrid, España, falleció el 30 de julio. Si bien la causa de su muerte no se mencionó en un comunicado publicado el 1 de agosto, la Arquidiócesis de Madrid indicó que la joven peregrina sufrió cuatro años de enfermedad.
“Ambas (peregrinas) habían decidido venir a Roma para el Jubileo de los Jóvenes, y en estos días les ha llegado la muerte “, dijo el papa durante la vigilia. “Recemos juntos por ellas; recemos también por sus familiares, sus amigos y sus comunidades.”
Por último, Will, un joven peregrino estadounidense de 20 años, preguntó al papa cómo “encontrar verdaderamente al Señor Resucitado en nuestras vidas y estar seguros de su presencia incluso en medio de las pruebas y las incertidumbres.”
Recordando la bula papal del papa Francisco para el Año Santo 2025, “Spes non confundit” (“La esperanza no defrauda”), el papa León XIV dijo que “en el corazón de toda persona anida la esperanza como deseo y expectativa del bien,” y que nuestra comprensión del bien refleja cómo nuestra conciencia ha sido moldeada por las personas que nos rodean.
Los instó a cultivar su conciencia escuchando la palabra de Jesús y a que “reflexionen sobre su forma de vivir, busquen la justicia para construir un mundo más humano.”
“Sirvan a los pobres y den testimonio así del bien que siempre nos gustaría recibir de nuestros vecinos,” dijo. “Adoren a Cristo en el Santísimo Sacramento, fuente de vida eterna. Estudien, trabajen y amen siguiendo el ejemplo de Jesús, el buen Maestro que siempre camina a nuestro lado.”
También invitó a los jóvenes a rezar para seguir siendo amigos de Jesús y ser “un compañero de todos los que encuentre en el camino.”
“Al rezar con estas palabras, nuestro diálogo continuará cada vez que miremos al Señor crucificado, porque nuestros corazones estarán unidos en Él,” concluyó el papa.