El papa Francisco envió un mensaje a los participantes en la XXV Jornada Colombina 2024, el encuentro internacional en Piacenza de las comunidades colombinas: “Las comunidades eclesiales y civiles del continente no deben perder su identidad,” sostuvo el Santo Padre.
Habló de “Europa de los pueblos” abierta al diálogo y al encuentro con otras civilizaciones, unida por sus diferencias, en la que las comunidades eclesiales y civiles no pierdan su identidad y no se disuelvan “en una globalización homologante, a merced de las potencias dominantes.”
El papa espera que esta “savia evangélica,” la misma que llevaron hace siglos a los territorios del viejo continente los monjes irlandeses, seguidores del gran abad san Columbano, pueda reforzarse en la Europa de hoy.
El pontífice envió un mensaje a los participantes en el XXV Encuentro Internacional de las comunidades colombinas, la llamada Jornada Colombina 2024, que se celebra los días 22 y 23 de junio en Piacenza. Esta cita que se celebra desde hace veinticinco años en nombre de san Columbano ha contribuido a tejer “una red de amistad espiritual y cultural en aquella parte de Europa donde él y sus compañeros dejaron la huella de su benéfica presencia,” escribió el Papa.
“De hecho, no se trata de una mera conmemoración histórica, ni mucho menos folclorística: es más bien un compromiso para promover el conocimiento de san Columbano y de su legado como una riqueza para hoy, tanto en el ámbito eclesial como en el civil,” el papa dijo.
Materialismo práctico y neopaganismo
El papa recordó cómo los monjes irlandeses de la época se convirtieron en peregrinos y misioneros en el continente para reevangelizar vastos territorios “donde el primer florecimiento cristiano corría el riesgo de perderse.”
“La obra de recuperación y de cultivo que hicieron en la tierra, la hicieron también en el campo del espíritu, de la mentalidad y de las costumbres,” el papa escribió. “Y así, el testimonio de los monjes colombinos, como en otros lugares el de los benedictinos, contribuyó decisivamente a preservar y renovar la civilización europea.”
Una linfa evangélica para el continente
“También hoy,” dijo el Papa Francisco, “necesitamos esta ‘savia’ evangélica, para que las comunidades eclesiales y civiles del continente no pierdan su identidad, no se disuelvan en una globalización homologante, a merced de los poderes dominantes, sino que puedan expresar su fe y su cultura con fidelidad creativa a sus tradiciones, contribuyendo a construir la Europa de los pueblos, unida en la convivencia de las diferencias y abierta al encuentro y al diálogo con las otras civilizaciones del mundo.”
Sobre todo, el Papa invocó la protección de San Columbano.