Dos hombres ordenados al sacerdocio en la diócesis de Richmond

El padre David Arellano (izquierda) y el padre Seth Seaman (derecha) postrados delante del altar durante la ordenación, el 1 de junio, 2024. (Foto/Michael Mickle)

En la Última Cena, Jesucristo estableció el sacramento del Orden sacerdotal cuando instituyó la Eucaristía e instruyó a los apóstoles, “Hagan esto en memoria de mi” (Luc 22,19).

Este rito se celebró de nuevo el 1 de junio en la catedral diocesana del Sagrado Corazón en Richmond, cuando el obispo Barry C. Knestout ordenó al padre David Arellano y al padre Seth Seaman al sacerdocio en la diócesis de Richmond.

El padre Arellano, 26, comenzará su servicio como sacerdote en la parroquia de Blessed Sacrament, Harrisonburg. El padre Seaman, 38, comenzará su servicio como sacerdote en la parroquia de St. Bridget, Richmond.

El padre Seaman dijo que durante la misa, “Sentí que el Espíritu Santo estaba presente, y eso me dejó saber que Él me estaba transformando en un pastor.”

“Sentía un poco nervioso, pero también estaba lleno de alegría y emoción,” dijo el padre Arellano. “Toda la vida, me he estado preparando para este momento. No podía creer que el fin había llegado.”

Durante la ordenación, el padre Arellano y el padre Seaman prometieron ser obedientes al obispo y sus sucesores y se postraron delante del altar durante las Letanías de Súplica.

Luego, todos los sacerdotes diocesanos pusieron las manos sobre ellos, uno por uno, y el obispo Knestout les ungió las manos con el santo crisma. Los dos recibieron una patena con pan y un cáliz con vino, y finalmente, recibieron el beso fraternal del obispo y de todos los sacerdotes.

“David y Seth, hijos queridos, ustedes serán iniciados al orden del sacerdocio,” dijo el obispo Knestout en su homilía. “Transmitan a todos la Palabra de Dios que han recibido con alegría.”

Llamados a ser pastores

El Evangelio del día explicó claramente lo que el padre Arellano y el padre Seaman fueron llamados a ejercer. En Juan 10,11-16, Jesús dijo a sus discípulos, “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.”

“Es un llamado difícil pero necesario,” dijo el padre Seaman. “Si no estás listo para dar la vida, no eres un pastor, sino un lobo. Solo estás fingiendo.”

“Tenemos que sacrificar. Si no, caemos en sentimientos falsos,” el padre Seaman continuó. “El Señor nos llama a algo más profundo. Nos llama a darnos completamente a otros.”

“Mientras él diácono Kelly estaba leyendo el Evangelio, estaba pensando, ‘Eso es lo que quiero hacer,’” dijo el padre Arellano. “Esa fue mi oración: ‘Señor, quiero darme completamente a ti y a tu pueblo. Déjame a dar toda mi vida por la salvación de tu pueblo.’”

La mamá del padre Arellano, María Emma Arellano, notó que el camino de su hijo no será fácil, pero el Señor proveerá.

“¿Quién sabe si sea un camino difícil? Imagino yo que sí, un poquito,” ella dijo. “Pero él escogió este camino y Dios lo escogió para ser un discípulo.”

Ella añadió que este día fue la culminación de muchos años de preparación, y también un futuro nuevo. “Desde niño quiso ser sacerdote. Con sus juguetes, agarraba agua y los bendecía,” ella dijo. “Hoy es el día en que cumplió sus sueños – y comienza otro camino.”

La madre del padre Seaman, Veronica, dijo que el día representó la boda de su hijo.

“Fue conmovedor. Se está casando con la Iglesia,” ella dijo. “Estoy muy contenta.”

El hermano del padre Seaman, Shane, recibió la primera bendición de su hermano después de la misa. Un feligrés de St. Joseph, Hampton, Shane dijo que el camino de su hermano al sacerdocio ha acercado toda su familia a la Iglesia. Dijo que el momento de la bendición fue “un gran honor.”

“Me siento alegre,” él dijo. “Estaba muy enfocado en la bendición. Fue un momento maravilloso.”

El diácono Andrew Clark y el diácono Matthew Kelly estaban al lado del obispo Knestout en el altar durante la ordenación. Ellos fueron ordenados al diaconado transitorio hace dos semanas en la catedral. El diácono Clark dijo que antes de ser ordenado al diaconado, estaba situado en el ambulatorio durante las ordenaciones. Pero esta vez, se estacionó en “el mejor lugar en la iglesia.”

“A ver dos de mis mejores amigos ser ordenados fue algo extraordinario,” él dijo.

“Fue genial estar en la primera fila,” dijo el diácono Kelly. “Esas serán mis manos el próximo año, si Dios quiere.”

El permiso de consagrar la Eucaristía

El padre Arellano celebró su primera misa a las 10:45 de la mañana, el domingo, 2 de junio, en la parroquia de St. Peter, Richmond. El padre Seaman celebró su primera misa a las 11 de la mañana, el 2 de junio, en la parroquia de St. Joseph, Hampton. Fue en la fiesta de Corpus Christi: la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo.

“Esta es una fiesta apropiada para la primera misa de un sacerdote,” dijo el obispo Knestout durante su homilía en el día de la ordenación. “Por nuestra entrega al cuerpo de Cristo, por nuestra conexión con la Eucaristía, en este año dedicado a la Eucaristía, somos guiados a una comunión más profunda con Dios Padre por medio de su Hijo en el Espíritu Santo.”

“Escuchando cuidadosamente a la Palabra de Dios y siguiendo atentamente los pasos de Cristo en servicio y amor inmolatorio, reciben con corazones abiertos y generosos la gracia de seguir a Cristo y llevar el amor y cariño providencial del Padre a sus ovejas,” el obispo continuó.

“Quiero guiar el pueblo de Dios hacia aquel discipulado con Cristo. Cada momento de nuestra vida, caminamos con él,” dijo el padre Seaman.

“Dios me está dando, aunque no soy digno, el permiso de hacerlo presente,” dijo el padre Arellano. “Una gran alegría me ha llenado el corazón.”

 

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