En su reflexión sobre el Evangelio de este domingo, propone las dos claves para superar los miedos y la tentación de una vida pasiva: No temer y estar preparados, atentos a los demás, disponibles para escuchar y acoger, porque, también en las situaciones en las que no lo esperamos, el Señor viene.
El Papa Francisco introdujo el rezo mariano del Ángelus con una reflexión sobre las “dos palabras -clave” que propone el Evangelio de este domingo “para derrotar los miedos que a veces nos paralizan y para superar la tentación de una vida pasiva, adormecida”. Desde la ventana de su estudio y ante una Plaza de San Pedro repleta de fieles y peregrinos, el Pontífice retomó las palabras de Jesús a sus discípulos en las que los tranquiliza para aplacar sus miedos y los exhorta a estar alerta: la primera es “no temas, pequeño rebaño” (Lc 12,32); la segunda «” estén preparados” (v. 35).
No temer
El Santo Padre recuerda que Jesús al hablar a sus discípulos del cuidado amoroso del Padre los conmina a no afanarse y agitarse. “Nuestra historia está firmemente en las manos de Dios” afirma el Papa, y es por ellos que Jesús nos alienta a no temer:
“A veces, en efecto, nos sentimos presos de un sentimiento de desconfianza y de angustia: es el miedo a no lograrlo, a no ser reconocidos y amados, a no conseguir realizar nuestros proyectos, a no ser nunca felices…Y entonces nos afanamos buscando soluciones, para encontrar algún espacio en el que emerger, para acumular bienes y riquezas, para obtener seguridades; y terminamos viviendo en la ansiedad y en la preocupación constante”.
En cambio, asegura Francisco, Jesús nos tranquiliza y nos pide no temer, confiar en el Padre que ya nos ha donado a su Hijo, su Reino y siempre nos acompaña con su providencia.
“Pero saber que el Señor nos cuida con amor, no nos autoriza a dormir, a ¡dejarnos llevar por la pereza! Al contrario, debemos estar despiertos, vigilantes. En efecto, amar significa estar atento a los demás, darse cuenta de sus necesidades, estar disponibles para escuchar y acoger, estar preparados”.
Estar preparados
La segunda invitación de Jesús en el Evangelio es a estar preparados asegura el Obispo de Roma y recuerda unas palabras de San Agustín: “Tengo miedo de que el Señor pase y yo no me dé cuenta”. De estar dormido y no notar que el Señor pasa.
“Es necesario estar despiertos, no dormirse, es decir, no estar distraídos, no ceder a la pereza interior, porque, también en las situaciones en las que no lo esperamos, el Señor viene”.
Francisco advierte que Dios “al final de nuestra vida nos pedirá cuentas de los bienes que nos ha encomendado”. Se trata también de “ser responsables, custodiar y administrar esos bienes con fidelidad”, desde nuestras familias o la fe, hasta nuestra ciudad y la Creación. De allí la exhortación de Francisco a preguntarnos si cuidamos ese patrimonio que el Señor nos ha dejado, si lo custodiamos o lo usamos con egoísmo o por conveniencia.
“Hermanos y hermanas -concluyó el Papa – caminemos sin miedo, en la certeza de que el Señor nos acompaña siempre. Y estemos despiertos, para que no nos durmamos mientras el Señor pasa”.
El Papa a los jóvenes: “Que Jesús se convierta en su gran amigo”
Dios ama las preguntas”. Lo dijo el Papa Francisco a los jóvenes italianos y europeos que se reúnen en el Campamento Alpha, organizado por la Diócesis italiana de Isernia -Venafro, para crear amistades, inspirar y soñar a lo grande”.” Si uno se hace preguntas es joven, aunque tenga ochenta años”, afirmó el Santo Padre, Y si no se las hace, “es viejo, aunque tenga veinte años”. Esto porque las preguntas “abren”, mientras que las respuestas “son cerradas”.
Ciudad del Vaticano
“Jesús no es una idea ni una regla moral, sino una persona, un amigo, un compañero de camino”. Lo hizo presente el Papa Francisco a los jóvenes participantes en el “Campamento Alpha”, evento organizado por la Diócesis italiana de Isernia -Venafro y por el Alpha Youth Italia, que reúne por una semana a los jóvenes italianos y de diversas partes de Europa convocándolos para “crear amistades, inspirar, soñar a lo grande”.
Dios ama las preguntas
“¿De dónde venimos? ¿Qué hay en el origen de todo? ¿Cuál es el sentido de mi existencia? ¿Y por qué hay tanto sufrimiento? ¿Por qué afecta también a los pequeños e indefensos?”. Son preguntas que según el Papa se plantean también estos jóvenes “nacidos en un contexto que se define como ‘secularizado’ en donde la cultura no está dominada por la dimensión de lo sagrado sino por las realidades del mundo”. A ellos Francisco les aseguró que “Dios ama mucho las preguntas”. “¿Por qué?”, planteó el Papa. “Porque las respuestas son cerradas, las preguntas son abiertas. Una persona que sólo vive de respuestas – constató – es una persona acostumbrada a cerrar, cerrar y cerrar. Una persona que vive de las preguntas es una persona que está acostumbrada a abrir, abrir, abrir”.
De hecho, prosiguió, “Jesús se dirigió un día a los dos primeros que le seguían a orillas del río Jordán con estas palabras: ‘¿Qué buscan?’ (Jn 1,38)”.
“Antes de dar respuestas, – les dijo – Jesús enseña a hacerse una pregunta esencial: ‘¿Qué busco?’ Si uno se hace esta pregunta, es joven, aunque tenga ochenta años. Y si no se la hace es viejo, aunque tenga veinte años”.
Siempre con Jesús
Tomando el nombre del campamento, “Alpha” como punto de partida, el Papa señaló que el mismo es “sinónimo de nacimiento, de principio, de amanecer de la vida”. Cristo es “alfa”, dijo, y es también “omega”, es decir, “el fin, el cumplimiento, la plenitud”. Con Él, unidos a Él, “cada uno de nosotros se convierte en una semilla destinada a germinar, crecer y dar fruto”. Pero, – advirtió el Santo Padre, – es necesario seguirlo. Y acrecentó:
Decir no al egoísmo, al egocentrismo, a aparentar más de lo que somos. Ser uno mismo, no inflarse, tampoco abatirse, reconocerse por lo que se es, esta es la verdadera humildad. Y ante el mal que hay en nosotros y a nuestro alrededor, no escapar, no evadir la realidad, no encerrarse en uno mismo, sino tomar cada uno su parte de responsabilidad -Jesús dice “su cruz”- y llevarla, con amor, con alegría. No solos, no, eso no es posible: siempre con Jesús, Él delante y nosotros detrás.
“No sean fotocopias”
Jesús, continuó diciendo el Papa, “nos conoce y nos ama más que a nosotros mismos, y quiere para cada uno de nosotros una plenitud original, única para cada uno”. “Dios no quiere fotocopias, sólo originales” subrayó recordando al beato Carlo Acutis. La corta vida de este joven “hijo de este tiempo”, fue una vida “corta, pero plena”, afirmó el Santo Padre. Fue “como una carrera, una escalada hacia el cielo”.
Tomó la carrera desde el día de su Primera Comunión, cuando se encontró con Jesús en su Cuerpo y Sangre. Sí, porque Jesús no es una idea, ni una regla moral, no, Jesús es una persona, un amigo, un compañero de camino.
Por todo ello, a los chicos y chicas del Campamento Alpha el Papa Francisco los dejó con un deseo: “que Jesús se convierta en su gran Amigo, en su Compañero de Camino”. “Que Jesús vivo se convierta en su vida”. Y les repitió: “¡Por favor, no sean fotocopias! Cada uno de ustedes, un original”.