Ochenta y tres años después del último Congreso Eucarístico Nacional, llegó el momento para otro avivamiento.
Desde el 17 hasta el 21 de julio, casi 60,000 fieles viajaron a Indianápolis, Indiana, para el 10o Congreso Eucarístico Nacional. Se reunieron en el estadio de Lucas Oil y en el centro de convenciones de Indiana. El 9o congreso ocurrió en 1941.
Doscientos y seis (206) obispos y cardenales, 1,176 sacerdotes, 634 diáconos, y 614 seminaristas formaron parte de la peregrinación a Indianápolis. Los fieles participaron en la adoración eucarística, las procesiones, las misas papales, y los ritos latinos antiguos y orientales; escucharon a homilías dinámicas y estuvieron presentes personas muy conocidas en el mundo católico.
“La palabra ‘congreso’ significa ‘caminar juntos,’” dijo la hermana Josephine Garrett, de las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret, el 19 de julio. “Eres un peregrino contrito, y el Reino de Dios viene.”
La meta del congreso era de reanimar la presencia verdadera de Jesucristo en la Eucaristía en la Iglesia. Según el Pew Research Center, en 2019, apenas el 31% de los católicos estadounidenses expresaron su creencia que “durante la misa, el pan y el vino se convierten en el cuerpo y la sangre de Jesús,” y el 69% dijeron que el pan y el vino solo son “símbolos.”
Jonathan Roumie, quien interpreta el personaje de Jesús en la serie “The Chosen,” fue uno de los presentadores principales el 20 de julio. Llevó puesto una camiseta con una declaración interesante de la escritora católica Flannery O’Conner: “Si es solo un símbolo, al diablo con él.”
Roumie dedicó la mayor parte de su tiempo a leer el Discurso del Pan de Vida del Evangelio de Juan: “Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo” (Jn. 6,51).
“La Eucaristía es la medicina para nuestra fe,” dijo el arzobispo Gustavo García-Siller, arzobispo de la arquidiócesis de San Antonio, Texas. “Es la medicina que sostiene la mente, la vida y el alma.”
Muchos miembros, un solo cuerpo
Centrada en la Eucaristía, la Iglesia se reunió en Indianápolis como un solo cuerpo.
Hubo misas en inglés, español, vietnamita, latín y griego, con traducciones disponibles en 19 idiomas e intérpretes para personas con discapacidades auditivas en cada misa. Hubo charlas en español, charlas y misas para las familias y los jóvenes, y hostias bajo en gluten disponibles en cada misa.
La adoración al Santísimo fue presentada en varios estilos cada noche: con cantos gregorianos y en silencio, con letanías sin música, y con música contemporánea. En las mañanas, antes de las misas, el rosario fue hecho por el padre Rocky Hoffman, y por el arzobispo José H. Gomez el último día de congreso.
Durante las misas en inglés en el estadio Lucas Oil, un coro de 36 personas cantó una mezcla de himnos por S. Tomás de Aquino, cantos tradicionales, canciones católicas afroamericanas, y música católica moderna. Bajo la dirección de Dave Moore, las voces dinámicas acompañadas por un piano interpretaron los estilos diversos de música como una expresión singular de alabanza en harmonía.
“Aquí en el congreso, está presente la diversidad de la Iglesia, pero se siente unificada,” dijo Sarah French, directora de formación en la fe de St. Anne, Bristol. French viajó al congreso con su esposo Andrew y sus tres hijos pequeños.
“Los grupos diferentes en la Iglesia a veces se sienten divididos, pero no debe de ser así. Todos debemos de estar juntos,” ella dijo. “Es algo difícil, pero aquí, [los organizadores] lo cumplieron.”
“No hubo ninguna división,” declaró el padre Chris Masla, administrador de Christ the King, Abingdon, y St. John, Marion. “Fue la experiencia de toda una Iglesia unida.”
Personas conocidas que aparecieron en el congreso incluyeron al padre Mike Schmitz, el sacerdote de Duluth, Minnesota, quien presenta el programa “Bible in a Year” (Biblia en un Año), y el obispo Robert E. Barron, obispo de la diócesis de Winona-Rochester, Minnesota, y fundador de la organización ministerial “Word on Fire.”
James Hammes, feligrés de Church of the Sacred Heart, Prince George, dijo que quedó conmovido por las palabras de la hermana Garrett, quien dijo, “Arrepientan con valor y gozo.”
“Arrepentir con valor y gozo es un concepto nuevo para mí,” dijo Hammes.
“El congreso es la experiencia más profunda que he tenido en la Iglesia, y voy a la misa cada semana,” Hammes continúo. “Espero también que esta experiencia enriquecerá la misa para mí.”
Rey Dela Cruz, feligrés de St. Michael, Glen Allen, asistió a una charla sobre la “Teología de la Eucaristía” con otros feligreses Alvin Ho, Rowen Igharas y Rosario Igharas. Dela Cruz fue conmovido por el concepto del Antiguo Testamento siendo revelado en el Nuevo Testamento.
“El sacerdote dice, ‘Este es mi cuerpo, este es mi sangre,’ en tiempo real,” dijo Dela Cruz. “El cuerpo y la sangre de Cristo son reales en este momento.”
Scott Smith, otro feligrés de Church of the Sacred Heart, Prince George, peregrinó al congreso con nueve feligreses de las parroquias Church of the Sacred Heart; St. James, Hopewell; y St. John Nepomucene, Dinwiddie.
“Tuve dos experiencias que siempre quise experimentar: un concierto católico, y una misa grandísima,” dijo Smith.
“Yo era presbiteriano, pero desde que me convertí en el 2004, me estoy enamorando más y más con la Iglesia Católica,” él añadió.
El diácono Bob Straub, quien sirve en Church of the Sacred Heart, hizo una comparación con otros peregrinajes que él ha hecho por todo el mundo.
“He peregrinado a Lourdes, Fátima, y Medjugorje, pero este evento está enfocado en la Eucaristía,” él dijo.
Por las tardes, el diácono Straub, asistió a varias charlas sobre la liturgia, incluso “Raíces Bíblicas de la misa,” y “Descubriendo la Eucaristía.”
“El congreso ha sido muy informativo,” dijo el diácono. “Tengo mucho material para mis homilías.”
Al igual que el diácono Straub, Chris Spilka, director del ministerio católico en Virginia Commonwealth University, dijo que se siente inspirado a compartir lo que aprendió con su comunidad.
“Una de las mayores bendiciones como ministro es ver el poder de la Eucaristía, y llevarlo a los estudiantes en la universidad,” él dijo.
“Como ministros, tenemos la responsabilidad de no solo enfocarnos en el entendimiento intelectual de la Eucaristía, sino también ser llevados por el amor que Dios nos da por medio de la Eucaristía, por medio de su cuerpo y su sangre,” Spilka dijo. “Él nos dio este don precioso.”
El padre Cassidy Stinson, administrador de St. Jude, Christianburg, dijo, “Es emocionante estar con tantas personas aquí para celebrar nuestro Señor. También me emociona estar con tantos sacerdotes hermanos y obispos.”
“Estoy inspirado a llevar a mi parroquia los frutos y la energía del congreso,” el padre Stinson dijo.
El 20 de julio, hermanos y hermanas religiosos, seminaristas, diáconos, sacerdotes, abades, obispos y cardenales procesaron delante de la Eucaristía por las calles de Indianápolis, llevado sobre una camioneta RAM 1500.
“Ese momento se sintió como una marcha de victoria,” dijo el padre Masla. “Nos hizo recordar que ya se ha ganado la batalla, que Cristo vive y está con nosotros. Fue un momento para celebrar, para estar alegres, y para cantar sus alabanzas.”
Vayan y pregonen el Evangelio
El domingo 21 de julio, el cardenal Luis Antonio Tagle, prefecto del Dicasterio para la Evangelización y enviado por el papa Francisco al congreso, fue el celebrante principal de la misa.
El cardenal Tagle saludó a la congregación en inglés, español, italiano, francés, portugués, vietnamita, chino, malayalam, suajili y tagalo. El coro fue acompañado por la orquesta sinfónica de Indianapolis, y tocaron himnos clásicos como el “Ave verum corpus” de Mozart.
“Lo que han oído, tocado y probado, vayan y compártanlo con otros,” dijo el cardenal Tagle en su homilía. “Debemos proclamar a Jesús con alegría y fervor para la vida del mundo.
El obispo Andrew H. Cozzens, de la diócesis de Crookston, Minnesota, presidió en la junta directiva del congreso. Dio una bendición final y comisionó a los fieles para que proclamen el Evangelio. También anunció que el 11o Congreso Eucarístico Nacional será en el año 2033, celebrando 2000 años de la muerte y la resurrección de Cristo.
En su homilía durante el rito Siro-Malabar el 20 de julio, el arzobispo Borys Gudziak, arzobispo metropolitano de la arqueparquía católica ucraniana de Philadelphia, habló sobre la potencia del congreso y de los fieles para cambiar el mundo.
“La Iglesia es joven. Solo tiene 2000 años,” dijo el arzobispo. “El universo tiene billones de años. Piensen: Si recibimos el Espíritu, alguien podría decir en 20,000 años, ‘En los días primitivos de la Iglesia, en el año 2024, la Iglesia empezó a crecer extraordinariamente.”