El 8 de marzo se estrenó una película titulada “Cabrini”; ese día también es el Día Internacional de la Mujer. La película es la historia de una mujer extraordinaria, una inmigrante en Estados Unidos, una defensora de los pobres y una santa.
Nunca es fácil plasmar el carácter real de los personajes históricos. Esta película hace un trabajo extraordinario al presentar al público la vida y el carácter de esta mujer extraordinaria. Muchas películas sobre santos tienden a capturar sólo algunos puntos históricos y concentrarse en la santidad de la persona.
Esta película, sin embargo, ha permitido al público en general comprender no sólo el carácter de Santa Francisca Javier Cabrini, sino también su santidad. Seguramente ella respondió al mandato del Señor de ayudar al extraño.
La clave para entender la película es la infancia de Francisca Cabrini cuando esta niña enfermiza casi se ahoga. Un día, mientras flotaba un barco de papel en un arroyo cerca de su casa, se cayó al agua. Aunque fue rescatada del agua helada, mantuvo el miedo al agua.
Sin embargo, gracias a su santidad, superó este miedo cruzando el Atlántico más de 60 veces durante su vida. Su lema era: “Todo esto lo puedo en Aquel que me fortalece,” tomado de la epístola de San Pablo.
La película, en mi opinión, es una dramatización de la vida de Francisca Cabrini y no una biografía histórica estricta. Casi todos los acontecimientos retratados sucedieron realmente, pero a principios del siglo pasado. Es difícil rastrear el contexto exacto. Lo que hace la película es darnos una idea de la vida y el trabajo de alguien para comprender la naturaleza inmigrante de nuestro país.
Esta visión de Estados Unidos es muy importante para nosotros hoy en día mientras lidiamos con la situación actual de los inmigrantes. La respuesta de nuestra nación nos definirá como país en el futuro. El amor de Santa Cabrini por todas las personas era claro ya que sirvió no sólo a los inmigrantes italianos, sino a todos los que entraron en su órbita de atención.La película tardó mucho en realizarse. La idea surgió hace más de 10 años en la mente y el corazón de Eustace Wolfington, quien conoció la vida de la Madre Cabrini a través de una Hermana Cabrini que escribió una biografía histórica crítica sobre ella.
Después de varios comienzos, durante los últimos tres años se ha hecho un esfuerzo concertado para encontrar al mejor director en la persona de Alejandro Monteverde, un ciudadano mexicano cuyo talento reconoció Wolfington. Yo mismo fui uno de los lectores de los primeros cuatro guiones que intentaban dar fidelidad histórica y una visión de su personaje.
Al igual que Wolfington, soy devoto de la Madre Cabrini por muchas razones. Yo era el párroco de una parroquia en la que ella trabajaba en Newark. A principios de los años 70, cuando yo era diácono de transición, aún quedaban vivas algunas personas que habían sido catequizadas por la Madre Cabrini a principios del siglo XX. Contaron con alegría y precisión el carácter de aquella mujer que tanto los amaba.
En mi propio trabajo con migrantes, la Madre Cabrini siempre ha sido una inspiración para mí y me brindó la ayuda intercesora que necesitaba para continuar el apostolado de los inmigrantes. Recomiendo de todo corazón esta película.
El Papa Francisco, un defensor de los inmigrantes, vio una versión de la película y pareció estar satisfecho con lo que vio. Esta película es una producción extraordinaria y un homenaje a una santa que nos brinda inspiración y desafío para enfrentar las actitudes antiinmigrantes actuales.