CIUDAD DE MÉXICO (OSV News) — El obispo Rolando Álvarez de Matagalpa ha sido excarcelado y enviado al exilio junto con 18 clérigos que habían sido encarcelados. El obispo fue detenido por más de 500 días. Con esto, el gobierno nicaragüense expulsa a su crítico más prominente, cuya presencia entre rejas daba testimonio del descenso del régimen sandinista al totalitarismo, junto con su implacable persecución de la Iglesia Católica.
Vatican News confirmó el 14 de enero a las 10:41 p.m. hora de Roma que, a excepción de un sacerdote que permaneció en Venezuela, todos los sacerdotes liberados, incluidos el obispo Álvarez y el obispo Isidoro Mora de la Diócesis de Siuna, han llegado a Roma “en las últimas horas” y son “huéspedes de la Santa Sede.”
El medio independiente nicaragüense 100% Noticias publicó una fotografía en X, antes Twitter, de los dos obispos liberados concelebrando Misa en Roma.
Medios independientes nicaragüenses informaron el 14 de enero de que los sacerdotes y seminaristas habían partido de Nicaragua en un vuelo con destino a Roma, después de que el gobierno llegara a un acuerdo con el Vaticano para su liberación y exilio. El obispo auxiliar de Managua Silvio José Báez quien tuvo que salir del país en 2019, también confirmó la noticia en su Misa semanal en Miami, y se mostró visiblemente emocionado.
“Este es el poder de las oraciones del pueblo de Dios,” dijo. “La dictadura sandinista criminal de (el presidente) Daniel Ortega no ha podido contra el poder de Dios.”
El gobierno nicaragüense reconoció la liberación de los eclesiásticos en un comunicado del 14 de enero, en el que “agradeció profundamente” al Papa Francisco y al cardenal Pietro Parolin, secretario de estado del Vaticano, “las muy respetuosas y discretas coordinaciones realizadas para hacer posible el viaje hacia el Vaticano de dos Obispos, quince sacerdotes y dos seminaristas.”
“Ellos han sido recibidos por autoridades vaticanas, en cumplimento de acuerdos de Buena Fe y Buena Voluntad, que buscan promover entendimiento y mejorar la comunicación entre la Santa Sede y Nicaragua, para la Paz y el Bien,” continuó el comunicado.
La declaración tuvo un tono inusualmente respetuoso — lejos de las frecuentes acusaciones de terrorismo y golpismo del gobierno contra los líderes de la Iglesia que intentaron sin éxito facilitar un diálogo nacional después de que estallaran protestas masivas exigiendo la destitución de Ortega. El gobierno nicaragüense también rompió relaciones con el Vaticano y expulsó al nuncio, el arzobispo Waldemar Stanislaw Sommertag, en 2022. Posteriormente, el Vaticano cerró su embajada en marzo de 2023.
“Reconocemos las posibilidades del Diálogo franco, directo, prudente y muy serio, un Diálogo responsable y cuidadoso,” decía la declaración del gobierno.
La liberación de 19 clérigos — entre ellos el obispo Mora y más de una decena de sacerdotes detenidos durante una ola de detenciones en el período navideño — provocó reacciones de alegría entre los nicaragüenses en el exilio, junto con declaraciones de continua resistencia.
“‘¡Levántate rápido! En ese momento cayeron las cadenas de sus manos!'” dijo el obispo Báez en X, antes Twitter, citando Hechos 12,7.
“Con gran alegría doy gracias a Dios que están fuera de la cárcel mis hermanos obispos, sacerdotes y seminaristas. Triunfó la justicia. Se ha mostrado el poder de la oración del pueblo de Dios.”
El embajador Brian A. Nichols, secretario adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental en el Departamento de Estado de EE.UU., dijo en X que el régimen expulsó “a 19 clérigos católicos injustamente detenidos, incluyendo al Obispo Álvarez.”
“Nos tranquiliza ver la liberación de estos líderes religiosos. Todas las personas tienen derecho al culto en casa y en el extranjero. Continuamos llamando a la liberación de todos los injustamente detenidos y al restablecimiento de las libertades fundamentales del pueblo nicaragüense,” subrayó Nichols.
El obispo Álvarez se ha convertido en el rostro de la resistencia en Nicaragua, alzando su voz contra la creciente intolerancia del régimen sandinista, que ha sometido a la comunidad empresarial, ha obligado a la prensa libre a salir del país y ha intentado controlar a la Iglesia Católica.
El obispo pasó más de 500 días bajo custodia después de que la policía lo detuviera en agosto de 2022 durante una redada antes del amanecer en su curia diocesana, de donde se le había prohibido salir después de que protestara por la incautación de medios de comunicación católicos. En febrero de 2023, fue condenado a 26 años de prisión por cargos de conspiración y difusión de información falsa, un día después de negarse a abandonar el país.
El obispo Álvarez rechazó los intentos posteriores de exiliarlo, ya que la expulsión o la denegación de la entrada al país a sacerdotes que habían viajado al extranjero se convirtió en una táctica habitual.
“La dictadura se siente más segura o más confortable con los religiosos fuera del país que dentro del país,” dijo a OSV News Arturo McFields Yescas, ex diplomático nicaragüense en el exilio.
“Cuando están dentro (del país) los consideran una amenaza, un peligro, un contrapeso a su narrativa oficial. Y al estar fuera, (el régimen) siente que ya no tienen esa voz crítica, o esa voz de la verdad, que hablaba al pueblo y que el pueblo escuchaba,” dijo.