El 27 de junio fue tanto un final como un nuevo comienzo. El obispo Barry C. Knestout comisionó a siete lideres diocesanos como ministros eclesiales laicos.
Marissa Ayala, Cristy Barton, Jennifer González, Jo-Ann LaClair, Yenni León, Patricia Pabis y Melanie Weser se certificaron por medio del Instituto del Ministerio Eclesial Laical (LEMI, por sus siglas en ingles).
LEMI es un programa de formación ministerial de cuatro años para los líderes laicos. Los participantes pueden obtener un certificado en estudios teológicos o una maestría en teología de una universidad católica. Además, hay talleres y retiros espirituales que complementan su crecimiento pastoral y espiritual.
“No se trata solamente de obtener una maestría,” explicó Cristy Barton, directora asociada bilingüe de la Oficina de Formación Cristiana diocesana (OCF, por sus en inglés), quien obtuvo su título en teología de la Universidad de St. Leo. “LEMI te impulsa a crecer en muchas otras áreas.”
Este programa es fruto del documento de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, “Colaboradores en la Viña del Señor” que afirma: “Las cuatro dimensiones de la formación – humana, espiritual, intelectual y pastoral – que proporcionan un marco de referencia para la formación de diáconos y sacerdotes, proporcionan también el marco para los ministros eclesiales laicos.
Los graduados de LEMI tienen la misión de servir a sus comunidades desde su vocación laical, más ahora por medio de la formación que han recibido.
“Por medio de la oración y el estudio, ustedes han recibido un tesoro espiritual de la Iglesia,” expresó el obispo Knestout en su homilía. “Para las personas que colaboran con la Iglesia, ellas tienen un rol especial en su vida y misión. A ustedes que hoy reciben esta comisión, esperamos que lleven la Vida de la Iglesia a la vida de los demás.”

Más allá del título
Marissa Ayala inició su camino en LEMI en 2013. Hoy sirve como coordinadora de educación religiosa y del Apostolado Hispano en St. James, Hopewell y en Church of the Sacred Heart, Prince George. Ella recibió su maestría en teología de la Universidad de St. Leo.
“Algunos podrían decir, ‘¿Doce años? ¡Se tardó muchísimo en terminar!’ Pero en realidad, yo tomé en descanso y comencé a estudiar para un doctorado,” compartió Ayala, quien también tiene una maestría en educación. “Pero luego me di cuenta de que espiritualmente me faltaba algo, y regresé a LEMI. Esta formación me ha nutrido espiritualmente, y ahora puedo hacer mucho más.”
Sobre su trabajo pastoral en el Apostolado Hispano, ella dijo: “He visto de cerca la gran necesidad que tiene nuestra comunidad hispana de líderes pastorales bien formados, personas que entiendan sus luchas, hablen su idioma, compartan sus valores culturales y caminen con ellos de verdad. Me emociona poder compartir con nuestra comunidad hispana el conocimiento que Dios me ha regalado.”
Melanie Weser, quien también recibió su maestría en teología del St. Joseph’s College of Maine, es profesora de economía en Peninsula Catholic High School y forma parte del equipo de Orden de Iniciación Cristiana para Adultos (OICA) en St. Kateri Tekakwitha, Yorktown. Inspirada por un curso que tomó en LEMI sobre la Doctrina Social de la Iglesia, ella desarrolló una clase en su escuela titulada “Economía y Justicia Social.”
“Combina la economía con una visión católica de la justicia social,” explicó.
También señaló que ahora se siente más preparada para responder a preguntas de sus alumnos sobre diversos temas: “Si, por ejemplo, me preguntan algo sobre la Virgen María, ahora me siento mucho más cómoda hablando sobre la Mariología.”
Jo-Ann LaClair, coordinadora de OICA en St. Thomas More, Lynchburg, también recibió su maestría en teología de la Universidad de St. Leo. Ella dijo que su formación le ayuda a enseñar mejor a quienes quieren integrarse a la Iglesia.
“Muchas personas llegan a OICA ya estudiando por su cuenta, y traen muchas preguntas. En caso de que no he estudiado lo mismo, yo sé de lo qué están hablando y puedo guiarlos en su crecimiento.”
“Nuestra fe es amplia,” dijo LaClair. “Nunca la comprenderemos por completo hasta que lleguemos al cielo. Pero lo que podemos hacer es seguir aprendiendo.”
LaClair es madrina de González y fue su acompañante cuando ella y su familia se integraron a la Iglesia en 2016. González, laica domínica consagrada y voluntaria en St. Thomas More, recibió un certificado en catequesis de la Universidad de Dayton.
“Antes de ser católica, Dios estaba presente en mi vida, pero no en el centro,” ella dijo. “Mi familia creía, pero no iba a la iglesia. Como católica, sigo aprendiendo más, y LEMI me ha dado una base maravillosa.”
Patricia Pabis, también graduada con una maestría en teología pastoral del St. Joseph’s College of Maine, comentó: “Aunque ya terminó mi experiencia con LEMI, seguiré siendo una estudiante de por vida.”
“Fue una experiencia maravillosa. Pude crecer espiritualmente y desarrollar nuevas habilidades para servir mejor en mi parroquia,” ella dijo. Ella coordina la formación religiosa y la preparación sacramental para los niños de kínder a quinto grado en St. Thomas More.
Yenni León, directora de educación religiosa en Sacred Heart, Richmond, también recibió su maestría en teología de St. Joseph’s. “Es una nueva etapa,” ella dijo. “Me siento más preparada, siento el acompañamiento espiritual de Dios, y siento que él me guía.”
Formación espiritual
Aunque los graduados de LEMI no pasarán largas horas estudiando Escritura, filosofía, historia de la Iglesia o cristología en un salón de clase, ellos pueden continuar participando en los retiros espirituales de LEMI. El retiro anual que toma lugar en el otoño es mandatorio para quienes todavía están en la formación y opcional para los graduados.
“Los retiros nos dan la oportunidad de descansar y simplemente estar con Dios en silencio,” dijo LaClair.
Barton, quien colabora en la planificación de los retiros desde su puesto en la Oficina de Formación Cristiana, comentó que su experiencia como participante le enseñó mucho.
“A veces caemos en la mentalidad de que solo tenemos que ‘dar contenido,’ pero tenemos que recordar qué es realmente un retiro. Es fundamental que haya silencio, momentos de meditación, de escucha profunda,” explicó.
Para Ayala, los retiros fueron una parte esencial de su camino en LEMI: “Cada vez que iba a un retiro, regresaba renovada con mucho conocimiento, sabiendo que Dios me llamaba a estar allí.”
Lee más sobre los graduados de LEMI.